LA POETA ROMPEDORA DE BARRERAS

Delmira Agustini por Juana Ma. Fernández Llobera

Juana Ma. Fdez. Llobera | 17 ago 2024

 

LA POETA ROMPEDORA DE BARRERAS

 

SECCIÓN LITERARIA

 

Texto: Juana Mª Fdez. Llobera

 

Imagen: Portada del libro LOS CALICES VACÍOS, D. Agustini (O.M. Bertani, editor, Montevideo, 1913); dibujo de Carlos Alberto Castellanos

 

HIPATIA, C.I.

 

LA POETA ROMPEDORA DE BARRERAS

 

*

 

Como bien expone mi compañero (Palou-Bosch, LA OLVIDADA POETISA, viahipatia.es), Delmira Agustini fue asesinada por su ex marido pocos días después de su divorcio. Se ha hablado mucho, precisamente, del hecho de que su ex cónyuge pasase a ser la figura del amante, con el que seguía manteniendo relaciones, viéndose en el cuarto que él tenía arrendado. Algunos filólogos y otros estudiosos de la vida de la poeta, entre los que me incluyo, piensan que muchos sucesos de su vida han oscurecido la visión de su mundo lírico.

 

Me cautivó un poema de ella titulado “Tu amor, esclavo, es como un sol fuerte…”, lo que me llevó a leer sus poemarios (EL LIBRO BLANCO de 1907, CANTOS DE LA MAÑANA de 1910 y EL ROSARIO DE EROS de 1924, que es póstumo), lo que me hizo ver, no sólo que había roto barreras, pues hasta la fecha ninguna mujer se había atrevido a escribir exponiendo sus deseos eróticos como lo hace ella, sino que a pesar de querer menospreciarla diciendo que escribía como “un acto inconsciente de desahogo de sus pulsiones más inconfesables” (reseña en cervantesvirtual.com), ella siguió escribiendo sin hacer caso a dichas palabras, haciéndose hueco entre los que fueron llamados Generación del 900, que eran escritores uruguayos nacidos entre 1868 y 1886, cuya obra fue reconocida alrededor de 1900. Las producciones literarias de dicha generación se enmarcan dentro del movimiento literario denominado modernismo (nombre que acuñó Federico de Onís). Ahora no se sostiene el hecho que Delmira escribiera de forma automática por impulsos, ya que, analizada su obra, puede observarse que tiene una forma muy elaborada.

 

Alberto Zum Felde, que fue un crítico, historiador y ensayista uruguayo, escribió sobre ella lo siguiente:

 

“Muchas influencias literarias obraron sobre Delmira, sin que ninguna llegara a predominar, supeditando su originalidad propia; tanto que, sería difícil señalarlas concretamente. No se encuentran en su poesía elementos ya conocidos ni rastros de otros poetas. Ni en su espíritu, ni en sus motivos, ni en sus imágenes, tiene parecido directo con nadie, ni recuerda particularmente, en ningún caso, a ninguno. Es una de las pocas figuras líricas latino-americanas de quien pueda decirse esto; pues que, en casi todos nuestros poetas de valía, aún los más próceres, de la Argentina a México, aparecen, a flor de verso, trazas de la manera de tal o cual maestro europeo. Tales influencias no impiden, sin embargo, en los mejores casos, que el poeta erija su personalidad”.

 

En su estudio de 1995, VOZ POÉTICA Y MÁSCARAS FEMENINAS EN LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI, la poeta Jacqueline Girón Alvarado se enfoca en la evolución poética de Agustini y examina cómo llegó a convertirse en una innovadora cultural.

 

Ya desde muy niña manifestó una especial propensión hacia la escritura y más particularmente hacia el mundo lírico (escribía poesía desde niña), lo que la llevó a colaborar en la revista LA ALBORADA a los dieciséis años, en la cual fueron publicados varios de sus poemas.

 

La ambivalencia de la sociedad en la que vivió (por un lado, la república progresista y por otro los usos marcados por una mentalidad conservadora), se dejan ver en el contraste entre el infantilismo de “la nena” -como la llamaba su familia- y la profundidad de su poesía.

 

Conoció a Rubén Darío en 1912, en una de sus visitas a Montevideo, iniciando una amistad que se expresa en un intercambio de cartas. Precisamente, fue en ese mismo momento cuando conoce a Miguel Ugarte (miembro también de la llamada generación del 900), que acompaña a Rubén. A partir de allí, las visitas del argentino Ugarte se hacen frecuentes para visitar a Delmira. Es sabido que la trágica muerte a principios de Julio de 1914 de Delmira, con quien tenía una relación afectiva, cosa que puede verse a través de las cartas que Larre Borge recoge en 2006, así como el asesinato de Jaurès (político socialista francés), hacen que tenga una profunda depresión. Delmira siempre se sintió atraída por Ugarte, mucho más que por Enrique Job Reyes, su esposo.

 

Aquí dejo el primer poema que leí de ella, que fue el que hizo que leyera toda su obra. Se trata de un soneto, que es un poema formado por catorce versos (cada línea es un verso), de arte mayor (es decir, aquel cuya métrica tiene más de ocho sílabas), en este caso, endecasílabos (versos de once sílabas), que es la forma clásica. Los ochos primeros versos tienen dos rimas consonantes distintas, rimando en el primer cuarteto, el primer verso con el tercero y el segundo con el cuarto- esquema ABAB). En el segundo cuarteto ocurre igual, pero con otra rima consonante (primer verso con tercero y segundo con cuarto).

 

Los seis últimos versos tienen rimas consonantes distintas de las de los ocho primeros. Rima el primer terceto, el primer verso con el segundo, igual que ocurre con el segundo terceto. Vemos en el poema como el alma se representa como un jardín donde el amor aparece bajo múltiples formas (sol, fuego, oro, cuervos, rosa).

 

 

 

Tu amor, esclavo, es como un sol muy fuerte…

 

[Poema - Texto completo.]

 

Delmira Agustini

 

 

 

Tu amor, esclavo, es como un sol muy fuerte:

 

jardinero de oro de la vida,

 

jardinero de fuego de la muerte,

 

en el carmen fecundo de mi vida.

 

Pico de cuervo con olor de rosas,

 

aguijón enmelado de delicias tu lengua es.

 

Tus manos misteriosas son

 

garras enguantadas de caricias.

 

Tus ojos son mis medias noches crueles,

 

panales negros de malditas mieles

 

que se desangran en mi acerbidad;

 

crisálida de un vuelo del futuro

 

es tu abrazo magnífico y oscuro

 

torre embrujada de mi soledad.